ESPINA BÍFIDA (21/11)

La espina bífida se trata de un defecto congénito en el tubo neural provocado por un cierre incompleto de la columna vertebral (Federación de Enseñanza de CC.OO. de Andalucía, 2010, y Gómez Montes et al., 2012).

Sus tipos varían según la gravedad y presentación (Federación de Enseñanza de CC.OO. de Andalucía, 2010, y Gómez Monteset al., 2012):

  1. Espina bífida oculta (no es grave): 
  • El cierre defectuoso no es visible.
  • No presenta síntomas, o son muy leves.
  • Normalmente, se descubre mediante exámenes clínicos. A veces, se observan alteraciones cutáneas sobre la vértebra abierta. 
  1. Meningocele (es grave):
  • Presenta un quiste en la zona relleno de líquido cefalorraquídeo. 
  • La médula espinal se encuentra en su sitio, sin verse afectada. 
  1. Mielomeningocele (es la más grave):
  • Al igual que en la anterior se observa un saco o quiste, donde se encuentran tanto las meninges como la médula espinal. 
  • Puede causar daños importantes en la médula espinal, afectando a las funciones nerviosas inferiores a esta zona. 

Respecto a sus síntomas, varían según el tipo y la gravedad de la condición, además de que cada caso es diferente a los demás. Los más comunes son (Federación de Enseñanza de CC.OO. de Andalucía, 2010, y Gómez Monteset al., 2012):

  • 1. Espina Bífida Oculta:
    • Puede no presentar síntoma.
  • 2. Meningocele:
    • No presenta síntomas neurológicos significativos.
  • 3. Mielomeningocele:
    • Dificultades a nivel motor y sensorial por debajo del área afectada.
    • Problemas de control de esfínteres. 
    • Posibles deformaciones en las extremidades, como pies zambo o caderas desplazadas.
    • Hidrocefalia.
    • Problemas de coordinación y para caminar.

Si se comienza con el tratamiento de manera temprana es posible minimizar la gravedad de algunos síntomas, mejorando su calidad de vida. Para ello, la intervención debe de ser individualizada, pudiendo requerir atención médica multidisciplinaria. Entre sus tratamientos encontramos (Mayo Clinic, 2022):

  • Cirugía: necesaria para el cierre de la abertura en la columna vertebral, protegiendo la médula espinal. Se puede hacer de manera prenatal como posnatal, pocos días después del nacimiento. 
  • Manejo de hidrocefalia: se realiza a través de una derivación ventriculoperitoneal drenando el exceso de líquido y aliviar la presión.
  • Terapia física y ocupacional: mejorando su desarrollo motor y funcional. 
  • Tratamiento de problemas urológicos y gastrointestinales, para el control de esfínteres.
  • Ortesis y Dispositivos de Asistencia, para corregir problemas musculares mejorando la movilidad. 

Por otro lado, para su prevención se recomienda el consumo de ácido fólico tanto antes como durante el embarazo, ya que reduce la posibilidad de malformaciones en el tubo neural. 

Referencias bibliográficas:

Federación de Enseñanza de CC.OO. de Andalucía. (2010). Espina bífida. Definición, Tipos, Deficiencias asociadas y Aspectos diferenciales en el desarrollo. Temas para la Educación, 8, 1-6.

Gómez Montes, J.M.; Royo García, P., y Serrano García, C. (2012). La atención educativa a los alumnos con discapacidad motora. En  J.M. Gómez Montes, P. Royo García y C. Serrano García, Fundamentos psicopedagógicos de la atención a la diversidad (pp.320-351). Escuela Universitaria Cardenal Cisneros. 

Mayo Clinic. (8 de enero de 2022). Espina bífida. Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/spina-bifida/diagnosis-treatment/drc-20377865

Artículos recomendados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *