Las disartrias son un trastorno neurológico que afecta a la producción del habla a causa de alteraciones en la ejecución de los movimientos al presentar dificultades en el control respiratorio, fonatorio, articulatorio y prosódico del habla, así como a la resonancia. Esto puede deberse a la presencia de anomalías en el Sistema Nervioso Central o Periférico (American Psychiatric Association, 2014, y González y Bevilacqua, 2012).
Algunos tipos de disartrias son:
- Disartria espástica: se caracteriza por parálisis espástica, debilidad, rangos limitados en los movimientos, lentitud. Por lo que estamos ante una voz forzada, áspera, lenta, hipernasalidad y distorsión consonántica.
- Disartria flácida: muestra una parálisis flácida, debilidad e hipotonía, así como atrofia muscular. La voz es soplada, hipernasal y con distorsión consonántica
- Disartria atáxica: caracterizada por hipotonía y lentitud, así como rango, dirección y tiempo alterados en los movimientos. Presenta quiebres articulatorios irregulares, distorsión consonántica y acentuación excesiva en cada sílaba.
- Disartria hipocinética: presenta hipocinesia, rigidez y bradicinesia, además de temblores en reposo. Por lo tanto, es un habla monótona en tono e intensidad con hipofonía y falta de acentuación.
- Disartria hipercinética: se clasifican según la velocidad de los movimientos involuntarios:
- Disartria hipercinética predominantemente rápida: distorsión consonántica, velocidad irregular, monótona, voz áspera e hipernasalidad.
- Disartria hipercinética predominantemente lenta: movimientos lentos e involuntarios, además de hipertonía, distorsión consonántica, voz áspera y monotonía tanto en el tono como en la intensidad.
- Disartria mixta: cuando tienen lugar dos o más disartrias comentadas anteriormente de manera simultánea.
Respecto a su tratamiento, se establece como objetivos mejorar las habilidades comunicativas, en la medida de lo posible, y, por consiguiente, mejorar su calidad de vida y adaptación tanto psicosocial como familiar (Íbidem). Asimismo, se orienta y proporciona ayuda a las familias para facilitar la comunicación con el paciente.
Para ello se requiere de un logopeda, cuya intervención se enfoque en (Íbidem):
- Rehabilitación del habla, mejorando la prosodia, ritmo, fluidez del habla, etc.
- Ejercicios orofaciales, mejorando el control y tonicidad muscular de aquellos músculos implicados en el habla.
- Adaptaciones comunicativas, si requiriese de Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación (SAAC).
A continuación, se adjunta un enlace donde poder observar algunos tipos de ejercicios incluidos en la intervención logopédica:
Hermanas hospitalarias. (s.f.). Guía para el manejo de la disartria. Pautas para personas con problemas en el habla. https://xn--daocerebral-2db.es/wp-content/uploads/2014/01/gu%C3%8Da-para-el-manejo-de-la-disartria.pdf
Referencias bibliográficas:
González, R. A., y Bevilacqua, J. A. (2012). Las disartrias. Revista Hospital Clínico Universidad de Chile, 23, 299-309. https://www.researchgate.net/publication/340260611_Las_disartrias