Con motivo de la semana de las personas sordas, siendo del 23 al 30 de septiembre, desde AMPNEE queremos colaborar en la concienciación a nivel social de los obstáculos con los que se encuentran estas personas diariamente. Igualmente, hablaremos de las lenguas de signos y de la discapacidad auditiva, siendo sus celebraciones los días 23 y 27 de septiembre, respectivamente.
En primer lugar, nos gustaría desmentir ideas sobre este colectivo. Por ejemplo, no son personas sordomudas, son personas sordas, a secas. Ellos no tienen problemas en la voz, sino sería doble discapacidad, auditiva y vocal. Muchos de ellos, gracias a que fue una sordera o hipoacusia adquirida (es decir, no se nace con ella, como expresan Delgado Domínguez et al., 2011) o a la ayuda de logopedas, son capaces de emitir palabras; de usar el lenguaje oral. Sin embargo, optan por utilizar las lenguas de signos. Esta decisión puede surgir por muchos motivos, por desgracia, uno de ellos es debido al rechazo que sienten hacia la comunidad oyente, puesto que como sociedad no fomentamos la inclusión. Esperamos que los sordos aprendan a comunicarse con nosotros. Olvidamos que ellos cuentan con una limitación que nosotros no, y, por ende, debemos ayudarles. Lo normal es pensar que son pocas las personas con discapacidad auditiva, no obstante, en España contamos con 1.230.000 de casos (FIAPAS e INE, 2022). Y te preguntarás “¿dónde están que yo no los veo?” la razón es que, como se ha comentado, se aíslan de la sociedad al sentirse rechazados, de modo que pasan desapercibidos, acuden a colegios preferentes para sordos, como el colegio Gaudem o El Sol de Madrid, y acuden a asociaciones y federaciones para sordos.
Otro error que cometemos a la hora de hablar es decir “lenguaje de signos”. El lenguaje es un medio para comunicar una idea, sentimiento, etc., empero, un idioma o lengua surge a partir de un conjunto de normas ortográficas, gramaticales, expresiones, frases hechas… al igual que sucede con la lengua de signos. En el caso de que usáramos la misma gramática del castellano, pero usando signos, hablaríamos, entonces, de la comunicación bimodal.
Por otro lado, nos gustaría dejaros unas orientaciones para comunicaros con personas sordas o hipoacúsicas (cuando no se pierde toda la audición, como nos indica Delgado Domínguez et al., 2011) en caso de que se dé la situación (Jáudenes, 2014, citado en FIAPAS, s.f.):
- Antes de hablarle, asegúrate de que tienes su atención. Para ello, tócale el hombro con unos ligeros golpecitos con la mano.
- Si sois varías personas, respetad los turnos de palabra para que pueda miraros a cada uno y poder leeros los labios.
- Siempre tened visible la cara para que se pueda ayudar de la lectura labial y las expresiones faciales. Por lo tanto, evitaremos taparnos la cara, ponernos cosas en la boca o movernos mientras hablamos.
- La iluminación es importante, pues la luz influye tanto como los ruidos.
- La velocidad debe ser normal, ni rápida ni lenta, ocurriendo lo mismo con la vocalización. Debemos ser naturales para que puedan entendernos. Las exageraciones son un obstáculo para la comprensión.
- NO ES NECESARIO GRITAR. Jajajajaja.
- Evita usar estructuras gramaticales o un vocabulario muy complejo.
- Apoyate de otros recursos, como palabras escritas o imágenes.
Para finalizar, nos gustaría compartir con vosotros la reflexión de una de nuestras monitoras, quien han tenido y tiene contacto con la comunidad sorda.
De nuestra monitora Estibaliz:
“Cuando era pequeña vi por primera vez a dos personas hablando en lengua de signos y fue en ese momento cuando me enamoré por completo de la lengua. Desde entonces, siempre quise aprender y nunca perdí la ilusión por ello. Todo lo contrario. A medida que me hacía mayor me fui dando cuenta que mi vocación era ayudar a las personas con diversidad funcional. Una pasión que iba creciendo dentro de mí desde que tenía unos siete años de edad.
A partir de la adolescencia, comencé a cruzarme con alguna persona con discapacidad auditiva. Recuerdo que en una ocasión se trató de un conflicto entre sordos y oyentes causado por los segundos, quienes mostraron su rechazo hacia los primeros a través de risas y burlas. La verdad es que en ese momento sentí impotencia, porque todos tenemos derecho a que nos respeten y a hacernos respetar. Sin embargo, el grupo de sordas no pudo hacer apenas nada y los que estábamos de espectadores no teníamos tampoco medios. Fue una situación que a mí me marcó.
Por suerte, en 2020 pude comenzar a estudiar lengua de signos española en la academia de IELSE y, actualmente, me encuentro cursando el nivel B2. Gracias a ello he podido conocer a gente sorda maravillosa que ha compartido conmigo su no tan bonita realidad de la que podremos hablar más detenidamente en otro post.
Os animo a que le deis una oportunidad a la lengua de signos y veáis lo bonita que es.”
Y vosotros, ¿qué opinais al respecto?
Referencias bibliográficas
Delgado Domínguez, J.J.; Martínez Rubio, A.; Merino Moína, M.; Pallás Alonso, C.R.; Pericas Bosch, J.; Sánchez Ruiz-Cabello, F.J.; Soriano Faura, F.J.; Colomer Revuelta, J.; Cortés Rico, O.; Esparza Olcina, M.J.; Galbe Sánchez-Ventura, I., y García Aguado, J. (2011). Detección precoz de la hipoacusia infantil. Revista Pediatría de Atención Primaria, 50(XIII), 279-297.
FIAPAS. (s.f.). Cómo hablar a la persona con discapacidad auditiva. http://www.fiapas.es/recursos-de- ayuda-y-orientacion/como-hablar-la-persona-con-discapacidad-auditiva#:~:text=H%C3%81BLALE%20DE%20FRENTE,Habla%20con%20naturalidad.
FIAPAS, e INE. (28 de abril de 2022). Casi el 98% de las personas sordas en España utilizan la lengua oral para comunicarse (INE). http://www.fiapas.es/actualidad-y-agenda/nota-informativa/casi-el-98-de-las-personas-sordas-en-espana-utilizan-la-lengua#:~:text=Seg%C3%BAn%20los%20datos%20publicados%20hoy,signos%20(2%272%25)